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Cómo aplicar límites a los niños

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Energía sin límites, fuerza ilimitada Sabiduría Salmos Antiguo Testamento Jueces Introducción Con frecuencia contamos la historia de cuando John Wimber visitó por primera vez nuestra iglesia. Fuimos testigos de un derramamiento extraordinario del Espíritu Santo y varias sanaciones. Un suceso ocurrido en la segunda noche, quedó impreso indeleblemente en mi memoria. Se convirtió en un jugador de rugby sobresaliente, un excelente atleta y ahora es un modelo exitoso. El Espíritu Santo da una fuerza física extraordinaria a algunos como Sansón, de quien leemos en el pasaje del Antiguo Testamento de hoy. Pero a todos nosotros, el Espíritu Santo nos da fuerza espiritual. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos» Efesios El Espíritu Santo es «su fuerza grandiosa». Oración Señor, gracias porque eres mi «fortaleza», mi Dios amoroso.

Una palabra compleja. Es mucha la familia que habla de los límites y, para algunos, su sola pronunciación es toda una aguafiestas. Sin límites saludables es realmente difícil ser uno mismo y vivir en función de tus metas, valores y deseos. Si con frecuencia tus interacciones sociales terminan por hacerte sentir vilipendiado, humillado o apañado, de seguro que necesitas ayuda en este sentido. Recuerda: incluso aunque establecer límites pueda resultar difícil para muchos de nosotros, si queremos vivir nuestra propia vida, la que merecemos y de la que somos responsables , hay que afrontarlos.

Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas. El secreto es hacerlo de forma coherente y con firmeza. Una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de abalizar los límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos en la efecto, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad. Objetividad Es frecuente escuchar en nosotros mismos y en otros padres expresiones como 'Pórtate bien', 'sé bueno', o 'no hagas eso'. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. Opciones En muchos casos, podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus órdenes. La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de eficacia y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: 'Es la hora del ablución.

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