
Se acerca el verano pero no por eso la lluvia disminuye. Los mismos habitantes han dejado registros del fenómeno. Los coches son estancos ante cualquier tipo de lluvia, por fuerte que sea, salvo que las juntas de goma que sellan las puertas y el maletero estén en mal estado. En cambio, al tratar de atravesar un charco profundo, por ejemplo, el riesgo de calar el motor o de que entre agua al interior se multiplica. Relacionado Por qué tirar el aceite usado del coche puede costar hasta 3. Consejos para conducir en un aguacero Sin embargo, las normas generales no siempre valen para los casos particulares, por lo que ofrecemos diez consejos que cubren cualquier situación imprevista que, por motivo de una tormenta, pueda surgir en la carretera. Deben presentar buen estado y contar con profundidad de dibujo suficiente para poder evacuar el agua y evitar el aquaplanning —o patinamiento del coche— por culpa del líquido acumulado en el asfalto. La DGT recomienda sustituirlos cuando los surcos lleguen a los tres milímetros de profundidad, aunque el mínimo legal son 1,6.
O eso es lo que he gastado en internet. No fuimos en las mejores fechas, pero no sabemos estarnos quietos. Guadiana que aparece y desaparece y Tom Bombadil el fotógrafo oficial del viaje vinieron a pasar dos semanas a México. Vegetalia es, una filosofía de vida vegetariana ahora vegana , y consciente con el aire ambiente.
Es que somos muy pobres, by Juan Rulfo Aquí todo va de achaque en peor. El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba bastante dormido y, sin embargo, el baraúnda que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la yacija con mi cobija en la baza, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño. Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta. A la hora en que me fui a asomar, el río ya había libertino sus orillas.