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El gusto por la fusta: por qué nos excitan los azotes

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Cómo dar las mejores nalgadas. El espectro del mundo de las nalgadas es muy amplio. Pero sin importar si eres un nalgueador principiante o un dominante poderoso que quiere dejar la huella de su mano en la persona sometida, seamos realistas: aunque dar nalgadas es totalmente normal y divertido, de todos modos se trata de pegarle a alguien. Aquí te decimos cómo hacerlo de manera respetuosa… y sexy. Lección 2: Hablar sobre la intensidad Junto con las nalgadas, las formas comunes de los juegos de impacto son las cachetadas, los azotes y los latigazos.

Obviamente fuera de la cama y de estos términos, ni un azote tampoco medio. Por si os hubiera contado poco sobre mí, confieso que me fascina que me sorprendan con una azotaina. Me pone que me zurren con fundamento. Eso sí, con una fusta que no duela demasiado o una mano firme pero tierna. Y a l s que os gusten azotar o ser azotad s ni. Por supuesto. También por supuesto. La primera vez que me dieron unos azotes me pidieron permiso y eso no me gustó. La segunda fue mucho mejor.

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