
Nosotros y nosotras, como seres, estamos compuestos por un ser femenino y un ser masculino que nada tienen que ver con la identidad sexual o con ser hombre o mujer. Es pura fuerza, valentía y decisión. Llevada al extremo, puede ser una energía descarnada en la que se expresa despiadadamente la intolerancia, la arrogancia o la agresividad. La energía masculina es la representación del ser masculino. Por otro lado, el ser femenino es aquella vertiente de la persona que integra conceptos como la empatía, la capacidad de trabajar en equipo, la facilidad para la multitarea, la voluntad de inclusión o la predisposición a tolerar la diversidad, pero también aquella parte que es dubitativa, perfeccionista e insegura. El ser femenino tiene su correspondencia en la energía femenina. Tanto la energía masculina como la femenina tienen a su vez dos manifestaciones: la de la luz y la de la penumbra, la que construye y la que destruye.
Pues aquí voy a ofrecerte una serie de tips que van ayudarte a conquistar a esa persona. El amor puede aparecer en cualquier momento de nuestras vidas y a veces nos hace sentirnos flechados por una andoba que es mayor que nosotros. Empero esa diferencia de edad no hace que sea imposible la unión entre dos seres que sientan lo mismo. A muchas mujeres les pasa lo mismo que a ti y esto se debe a que en los hombres mayores pueden encontrar cualidades y características que no existen en los de su misma edad o benjamín. Posee rasgos visibles de madurez que hacen que gane un aire de interesante atractivo seductor, pues lo hacen parecer alguien seguro y dominante de la situación, listo para proteger a cualquier dama entre sus brazos.
Empero no es así. Eso es mutuo. No se trata de mentir tampoco exagerar. Ni de ser sumisas, tampoco rendirle culto. La víctima atrae al victimario, y la persona que acepta al victimario y sus excesos, se convierte a su vez, en un victimario. Sabías que somos leales al clan familiar. Hay mujeres que de manera inconsciente atraen hombres maltradores, pues esto fue lo que vieron en casa. Una madre sumisa y un padre dominante, inmaduro emocional, ausente emocional. Entonces queda grabado en el subsconciente de la niña, que debe anatomía leal al sufrimiento de su lecho.